Sistema inmunitario y protección celular

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Productos para el sistema inmunitario y protectores celulares

Productos para el sistema inmunitario y protectores celulares

Nuestro organismo está constantemente expuesto a virus y bacterias. Afortunadamente, en la mayoría de los casos ni siquiera lo notamos, porque un sistema inmunitario sano y robusto nos protege con seguridad de estos ataques.

El sistema de defensa de nuestro organismo dispone de diferentes opciones y suele proteger a nuestro organismo con gran eficacia. Cuando nacemos, el sistema inmunitario aún no está completamente desarrollado, pero «aprende» sin cesar. Defenderse contra todos los enemigos del organismo es innato, pero nuestro sistema inmunitario también puede combatir específicamente patógenos determinados, reconocibles en caso de reinfección.

Lo bueno es que: Todos podemos contribuir decididamente a proteger las células contra el estrés oxidativo y fortalecer el sistema inmunitario. Dormir lo suficiente, hacer ejercicio al aire libre y descansar regularmente para recargar las pilas son requisitos importantes. Un buen aporte de nutrientes también es esencial para las defensas de nuestro organismo. Especialmente las vitaminas C y D, así como los oligoelementos selenio y cinc, se deben aportar regularmente y en cantidades suficientes a través de la alimentación. Estos nutrientes contribuyen al funcionamiento normal del sistema inmunitario y a la protección de las células contra el estrés oxidativo.

Consejos para un sistema inmunitario robusto:

  • Lavarse las manos con frecuencia
  • Beber suficiente agua
  • Ventilar periódicamente
  • Sauna y ducha escocesa
  • Ejercicio al aire libre
  • Ausencia de estrés
  • Flora intestinal sana
  • Sueño suficiente
  • Aporte óptimo de nutrientes

Vitamina D: favorece el sistema inmunitario

¿Últimamente también oye y lee cada vez más cosas sobre la vitamina D? No en vano, la vitamina D, además de contribuir al mantenimiento normal de los huesos y a la función muscular, es esencial para el sistema inmunitario. Moviliza las defensas del organismo para combatir los gérmenes indeseados, pero solo si está presente en cantidades suficientes.

De hecho, según el último «Estudio Nacional de Consumo» alemán, el 82 % de los hombres e incluso el 91 % de las mujeres no reciben un suministro adecuado de vitamina D.
La vitamina D es una de las pocas vitaminas que puede producir el propio organismo. Sin embargo, para ello necesitamos que la luz del sol nos lege a la nuestra piel.
En los meses de invierno, el sol en Alemania no suele estar lo bastante alto como para emitir suficientes rayos UV-B. Además, cada vez más ciudadanos permanecen en locales cerrados —por ejemplo, al trabajar— o evitan la luz solar directa. Las personas mayores, en particular, tienen niveles de vitamina D especialmente bajos, ya que su propia producción disminuye de forma natural.

Una dieta rica en vitamina D es especialmente recomendable durante la estación de menos luz. Sin embargo, solo unos pocos alimentos —como el pescado de mar graso o el hígado— contienen mayores cantidades de esta vitamina.

Antioxidantes - protección celular con cinc, selenio, vitamina C y vitamina E

Los antioxidantes como el cinc, el selenio, la vitamina C y la vitamina E favorecen el funcionamiento normal del sistema inmunitario y ayudan a proteger las células del estrés oxidativo. Pero ¿qué es realmente el «estrés oxidativo»?
El estrés oxidativo es producto de los llamados «radicales libres». Se trata de sustancias agresivas y nocivas para las células. Nos exponen a estas sustancias las influencias ambientales como los gases de escape de los coches, el ozono o el humo de los cigarrillos. El sistema de protección de nuestro organismo es capaz de interceptar una determinada cantidad de estos compuestos agresivos, para evitar posibles daños celulares.
La naturaleza ayuda: Los antioxidantes (interceptores de radicales) tienen propiedades de protección celular y contribuyen al funcionamiento de las células. Entre estos antioxidantes, se cuentan oligoelementos como el selenio o el cinc o las vitaminas C y E.

La vitamina C (ácido ascórbico) se encuentra en muchas frutas y verduras. Las fuentes más conocidas de vitamina C son, por supuesto, los cítricos. Sin embargo, lo cierto es que verduras como el brócoli o la col rizada pueden contener incluso más vitamina C. Pero atención: Al cocinar las verduras, se puede perder el valioso ácido ascórbico, ya que es soluble en agua.

La vitamina E (tocoferol) es una vitamina de origen vegetal, por lo que los aceites vegetales o los frutos secos son los que más lo contienen. Sin embargo, esta valiosa vitamina también se encuentra, por ejemplo, en los huevos o la mantequilla, en menores cantidades.

Los oligoelementos esenciales cinc y selenio también se deben consumir en cantidades suficientes a través de la alimentación. Los alimentos de origen animal contienen más cinc que los de origen vegetal. Sin embargo, hay diversidad de opiniones sobre el líder de los alimentos ricos en cinc: la ostra.
Son buenas fuentes de selenio, por ejemplo, el pescado y el marisco, la ternera o la yema de huevo. En realidad, el selenio se encuentra en los alimentos vegetales, pero el cultivo intensivo de los suelos agrícolas alemanes afecta al contenido de selenio de la harina y del pan.