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Nutrientes importantes para la madre y el hijo

Toda madre quiere lo mejor para su hijo y, ya desde el momento en que desea tenerlo, la mujer puede sentar las bases por medio de una alimentación «correcta». Porque durante todo el embarazo, a través del cordón umbilical, debe suministrar nutrientes al bebé que se halla en el útero.

Por supuesto, no se trata de comer el doble durante el embarazo, sino de tomar los nutrientes adecuados en cantidades suficientes. Por ejemplo, un suministro adecuado de ácido fólico es esencial para la salud de su hijo. Incluso desde que empieza a buscarse un hijo, se deberían consumir alimentos con ácido fólico, puesto que el embrión ya necesita esta vitamina al principio del embarazo.

Pero no solo hay que cuidar bien del niño, sino también de la futura madre. Durante el embarazo, su cuerpo debe afrontar un verdadero maratón. Si su dieta es variada y se compone preferentemente de productos frescos del terreno, ¡ya tiene mucho ganado!

Ácido fólico: importante incluso desde que empieza a buscarse un hijo

La vitamina ácido fólico es conocida por muchas mujeres como la «vitamina del embarazo». Y no es para menos, ya que desempeña un papel crucial en el desarrollo del pequeño durante el embarazo.
A las mujeres que desean tener hijos ya se les recomienda, además, tomar ácido fólico, puesto justo al principio del embarazo tienen lugar procesos decisivos de formación y división celular en el embrión. Por ejemplo, el tubo neural ─a partir del que se forman la médula espinal y el cerebro─ ya se forma el día 18 del embarazo. Y para este proceso se necesita urgentemente ácido fólico. Sin embargo, en ese momento algunas mujeres a menudo ni siquiera saben que están embarazadas. Por lo tanto, lo ideal sería suplementar ácido fólico en cuanto se dejen de utilizar los anticonceptivos.

El ácido fólico no solo favorece el desarrollo sano de las células del organismo del bebé, sino que también contribuye a la hematopoyesis y al crecimiento del tejido materno. Y es que el útero y el tejido abdominal de la madre también crecen a un ritmo vertiginoso.

Las necesidades diarias de ácido fólico se duplican durante el embarazo, pasando de 0,4 a 0,8 mg. Sin embargo, según el estudio de consumo nacional de 2008, la ingesta de ácido fólico de muchas mujeres no es óptima, y muchas inician el embarazo ya con un suministro insuficiente.
También se debe garantizar una ingesta adecuada de vitaminas durante la lactancia. No en vano, el ácido fólico sigue favoreciendo el desarrollo y el crecimiento del bebé.

Alimentos con ácido fólico:

  • Alubias blancas
  • Germen de trigo
  • Verduras de hoja, como la rúcula o el brócoli
  • Vísceras, como el hígado de ternera o de ave
  • Lentejas
  • Tomates
  • Productos integrales

Atención: Manipule los alimentos con cuidado. El ácido fólico es sensible y se debe proteger del calor, del oxígeno, del agua y de la luz.

Omega-3: importante para la madre y los niños

No solo las vitaminas, los minerales y los oligoelementos son vitales para nuestra salud; también lo son las grasas saludables. Entre las grasas especialmente beneficiosas para la salud, se encuentran los ácidos grasos poliinsaturados omega-3, como el ácido docosahexaenoico (DHA) y el ácido eicosapentaenoico (EPA). Una buena fuente de estas grasas es el pescado de agua salada, como el arenque, el salmón o la caballa.

El ácido graso DHA desempeña un papel especialmente importante en nuestro cerebro, ya que interviene decisivamente en la formación de conexiones y en la transmisión de señales, lo que posibilita los procesos de pensamiento.
Ya en el vientre materno, el feto incorpora el ácido graso omega-3 al cerebro y la retina. Si la madre está bien provista de EPA y DHA, también lo está el niño, porque ella traslada los ácidos grasos omega-3 al bebé a través del cordón umbilical.

Pero ¿qué tal andan niños y adultos en cuanto a suministro de los importantes ácidos grasos omega-3? Desgraciadamente, la situación no suele corresponder a las recomendaciones de las sociedades de nutrición. Muchas personas comen mucho menos pescado del recomendado y hasta un 16 % de los ciudadanos alemanes no comen pescado en absoluto. Los niños y adolescentes también suelen recibir un suministro insuficiente, aunque hay muchos estudios según los cuales un buen suministro de ácidos grasos omega-3 también es importante para los más jóvenes.

El problema: Sobre todo a los niños, no les gusta comer pescado varias veces a la semana para alcanzar los niveles recomendados de ácidos grasos omega-3. Los complementos alimenticios adecuados podrían ser una buena alternativa. Especialmente para los más pequeños, hay apetecibles pastillas blandas o Doppelherz Omega-3 family LÍQUIDO con sabor a fruta.

Yodo: indispensable para la glándula tiroides

Así como el ácido fólico se conoce como la «vitamina del embarazo», el yodo se asocia a la glándula tiroides y a las hormonas tiroideas. Este oligoelemento es necesario tanto para la madre como para el bebé.
Durante el embarazo, la madre presenta un aumento de la producción de hormonas tiroideas de hasta un 50 %, debido al incremento de los procesos metabólicos. En el bebé en crecimiento, la glándula tiroides comienza a producir hormonas a partir de la 12.ª semana de embarazo. Estas hormonas son necesarias, entre otras cosas, para el desarrollo del sistema nervioso central. El yodo también es preciso para el crecimiento normal del bebé.
Ahora no hay dudas sobre por qué el yodo debe acceder al torrente sanguíneo del niño en cantidades suficientes. Se recomienda a las embarazadas consumir 260 µg diarios. Por desgracia, según la Sociedad Alemana de Nutrición, muchas personas no alcanzan las necesidades normales de 200 µg de yodo. La razón es el bajo contenido de yodo presente en los alimentos de origen vegetal y animal.

Sin embargo, hay una buena fuente de yodo procedente del mar: Los pescados de agua salada como el arenque, el abadejo y el bacalao o el marisco son ricos en yodo. La leche y los productos lácteos también aportan este oligoelemento. En la actualidad, también se añade yodo a algunas sales de mesa, que se identifican como «sal de mesa yodada».

Yodo en los alimentos
(hay 200 µg de yodo en:)

  • 50 g de abadejo
  • 150 g de mejillones
  • 400 g de atún
  • 1 kg de espinacas

Atención: Las algas marinas son verdaderas bombas de yodo. No deben consumirse con demasiada frecuencia, ya que un exceso de yodo no es saludable a largo plazo.